Conversación consciente

21.12.2022

El arte de conversar y dialogar de forma consciente requiere atención, entrenamiento y perseverancia. No es algo con lo que se nace, sino que por el contrario se hace y se entrena a medida que crecemos, maduramos y ensayamos en profundidad esta habilidad que resulta esencial para la vida humana.

Ser consciente de que es lo que se dice, como se dice y el efecto que tiene en la persona que escucha y recibe el mensaje resulta clave para que el diálogo sea constructivo, genere entendimiento y se alcancen acuerdos. A su vez, puede ayudarnos a reducir conflictos y dificultades favoreciendo que nuestras interacciones con otras personas o grupos sean más constructivas y estimulantes.

Sin embargo, el diálogo no precisa siempre de otro interlocutor. En numerosas ocasiones dialogamos a solas, con nosotros mismos. Además, según indican varios estudios la forma en que lo hacemos tiende a ser dura y critica. Por ello conviene ser cuidadoso con lo "que" decimos y con "como" lo decimos tal y como indica el proverbio zen "ten cuidado con lo que dices porque estas escuchando".

Una manera de cuidar lo que nos decimos consiste en observarlo a través de la práctica de Mindfulness. Esto incluye no juzgar lo que surge y aceptarlo tal y como se presenta. De esta forma conseguimos mayor comprensión sobre nosotros mismos y nuestros patrones mentales, reduciendo aquellos que nos dañan y generan malestar. Si entrenamos con constancia, con el tiempo, quizá logremos que nuestra habla interna se incline con mayor frecuencia hacia el afecto y la amabilidad. Pero esta es otra conversación, regresemos al encuentro con el otro.

Prestar atención a la conversación resulta esencial ya que conforma la manera en que nos damos a conocer y presentamos frente a los demás según Estrella Montolío, catedrática de lenguaje de la UAB. Además, resulta un elemento clave en la manera en que nos vinculamos con otras personas o grupos.

Por todo ello, entender las claves de una conversación - cuando hablar, cuando callar, como escuchar plenamente para que el otro se sienta comprendido - puede parecer fácil pero no resultar tan obvio y sencillo para un amplio abanico de personas. Y es que conversar, conlleva que nos adaptemos al compás de nuestra pareja y encontremos un ritmo y melodía común, al igual que ocurre en el baile o la danza.

Según Montolío, diversos estudios indican que cuando conversamos con otras personas, especialmente cuando la conversación resulta agradable y produce resonancia empática (es decir, que conectamos emocionalmente con el otro y nos ponemos en su lugar) entre ambas partes, se produce un fenómeno de espejo, que quiere decir que sincronizamos con el otro (hacemos más pausas, ajustamos el ritmo de la conversación, el volumen y el tono de la voz etc.) A nivel neurobiológico cabría mencionar que se activan las neuronas espejo que son grupos de neuronas que nos permiten imitar, empatizar y conectar con lo que siente la otra persona.

Sin embargo, hoy en día gran parte de la población presenta importantes dificultades para conectar y resonar emocionalmente con otras personas. Los CEOs de grandes compañías tecnológicas en Silycon Valley (región de California que aloja algunas de las compañías tecnológicas más importantes del mundo) afirman que su personal tiene una formación excelente a nivel técnico pero muy deficitaria a nivel relacional, lo cual dificulta que se den conversaciones que favorezcan acuerdos y generen unidad y entendimiento, afectando directamente al rendimiento y la cohesión de los equipos de trabajo.

¿Qué claves son importantes para conectar y resonar empáticamente con los demás?

Conectar y sintonizar con los demás no es tarea fácil. Para lograrlo puede ayudarnos tomar consciencia de los diversos planos que entran en juego cuando nos comunicamos. Entre los más importantes se incluyen la cognición, la emocionalidad y la corporalidad. Cuando los mensajes entre emisor y receptor mantienen relativa armonía entre estos elementos la conversación adquiere una cualidad mayor, aumentando nuestra capacidad de sintonizar y bailar con la otra persona.

Desde la mirada del coaching ontológico y de acuerdo con el autor Rafael Echevarría hablamos de "estructura de coherencia" cuando el lenguaje, la emoción y la corporalidad de la persona que habla (emisor del mensaje) están en sintonía. Pero ¿Por qué es importante esto?

Resulta que en ocasiones lo que decimos se pone en entredicho al producirse contradicciones entre lo que expresamos verbalmente y lo que sentimos emocionalmente. En la misma línea, lo que sentimos y lo que expresamos corporalmente no siempre encaja. Cuando estos 3 elementos se alinean nuestros mensajes son más claros y nuestra capacidad de convencer y llegar al otro aumenta.

Tomar consciencia de todo ello a través de la atención plena puede ser una buena manera de mejorar la sintonía con los demás.

¿Cómo podemos conectar más profundamente con el otro y generar cercanía?

Las palabras con las que conversamos pueden resultar agresivas o pacíficas, distantes o cercanas, al igual que lesivas o sanadoras; no solo por el contenido verbal, sino por el tono y la intención con la que se transmiten. Lograr que nuestras conversaciones transcurran de forma pacífica y generen cercanía requiere de arte y maestría. El norteamericano Marshal Rosenberg, padre de la «Comunicación no violenta» (CNV), describe como en las interacciones con los demás tendemos a juzgar constantemente lo que dice la otra persona, lo que produce que el otro se cierre y responda de forma defensiva cerrando o bloqueando la comunicación (por ej. cuando decimos si nos gusta o no nos gusta lo que dice o si ese algo es bueno o malo etc.).

En Mindfulness entrenamos justamente este aspecto de no juzgar que nos ayuda a soltar las ideas y creencias rígidas que mantenemos sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Este no juzgar guarda relación con un modo de consciencia que llamamos "modo ser" y que se caracteriza por centrarse en el presente, soltando lo que debería de lograrse con la conversación. A través de elementos como: la pausa, la observación, el espacio y los silencios surge esta forma de estar en la conversación que a menudo resulta más fresca, fluida y energizante. Cuando no hay un lugar concreto hacia el que dirigir el diálogo y la conversación transcurre con facilidad y sin esfuerzo la calidad del encuentro adquiere otra tesitura.

Este modo se diferencia de otro que denominamos "hacer" y que tiende a impregnar gran parte de nuestras conversaciones. Se trata de un modo dirigido a solucionar problemas y alcanzar objetivos. Resulta útil y necesario, pero con frecuencia sitúa el foco en el futuro haciendo que olvidemos lo que ocurre ahora. Cuando esta modalidad impregna la mayor parte de las interacciones que llevamos a cabo en la vida diaria perdemos frescura y apertura al diálogo que está aconteciendo o por suceder.

¿Cómo podemos cultivar el modo ser durante las conversaciones?

Existe un programa de 8 semanas (Mindfulness interpersonal MIP) creado por el norteamericano Gregory kramer que se conforma de 6 pasos clave que promueven que cultivemos una mayor consciencia y presencia en nuestras conversaciones e interacciones diarias. Los pasos a seguir incluyen 1) la pausa - hacer pausas en las conversaciones y dejar momentos de silencio - 2) la relajación - tomar consciencia de nuestra tensión interior y promover la calma y relajación mientras conversamos - 3) la apertura al diálogo - mantener una actitud de apertura hacia aquello que surja durante el encuentro 4) sintonizar con lo que emerge - mantenernos conectados y conscientes de las emociones, pensamientos, sensaciones que surjan mientras dialogamos 5) hablar desde la verdad - hablar lo que para nosotros es verdadero y auténtico en el momento 6) escuchar profundamente - escuchar más allá de las palabras, percibiendo emociones o sentimientos que subyacen tras las mismas.

No lo dejes para mañana. Pon atención y comienza hoy mismo a ponerlo en práctica. Recuerda que con entrenamiento y dedicación diaria quizá las conversaciones del mañana resulten cada vez más conscientes, constructivas y llenas de posibilidades.