Mindfulness cambia el modo de procesar la tristeza

17.12.2022

Una de las enseñanzas centrales de la atención plena es que es posible "conocer" nuestras emociones de diferentes maneras. Con la tristeza, por ejemplo, dependiendo de cómo prestamos atención, podemos tomar conciencia de la experiencia subjetiva momentánea de la tristeza, o podemos seguir una visión conceptual, en gran parte infundida del pensamiento, de lo que significa sentirse triste.

Utilizamos intervenciones basadas en la atención de la mente para ayudar a las personas a experimentar la distinción entre estos diferentes modos de pensar (llamaremos estos modos los modos narrativo y experiencial). Durante los últimos 10 años, los investigadores han estado tratando de identificar las regiones específicas del cerebro que se comprometen a medida que las personas experimentan sus emociones de diferentes maneras. Suena como un esfuerzo que vale la pena, pero ¿cómo realmente vamos a investigar estos dos modos en el cerebro?

Un acercamiento temprano de Norman Farb y sus colegas entrenaron a los participantes del estudio para hacerles una serie de preguntas sobre rasgos personales tales como si se sentían que eran estúpidos, elegantes, dignos de confianza, o perezosos mientras que eran explorados por una máquina funcional de MRI.

Estas preguntas activaron un modo narrativo/analítico ("¿Qué dice esto de mí como persona?" "¿Es esto algo bueno o malo?") ó un modo experiencial/concreto (¿"Lo que está ocurriendo de un momento a otro despues?, ó ¿Qué soy consciente de en mi cuerpo? ").

Una vez que las personas fueron entrenadas, los investigadores observaron cómo el entrenamiento de la atención plena interactuaba con estos dos modos para ver si cada uno tenía una respuesta cerebral única. Se probaron dos grupos, el primero antes de inscribirse en un programa MBSR y el segundo después de completar el programa.

¿Qué encontraron?

Las personas que practicaban la atención plena mostraban marcadas reducciones en la actividad en una región del cerebro a menudo vinculadas a la autoevaluación y el análisis (la corteza prefrontal medial). También mostraron una mayor actividad en regiones ligadas a experiencias sensoriales directas, momento a momento (la corteza prefrontal lateral, especialmente la ínsula).

Por qué nos dejamos atrapar pensando en nosotros mismos

En los no meditadores, hubo una fuerte conexión entre las dos partes del cerebro que describí anteriormente (la ínsula derecha y la corteza prefrontal medial), mientras que en las personas entrenadas en la atención plena estas regiones fueron "desacopladas".

Esto es lo que significa: El hecho de que estas dos regiones estén estrechamente conectadas antes de practicar la atención plena sugiere que normalmente es muy difícil para una persona concentrarse en el momento sin plantear pensamientos sobre el yo

El "desacoplamiento" de estas dos partes del cerebro que se asocia con mindfulness sugiere que la persona ahora es capaz de mantener la atención en la experiencia corporal, sin activar automáticamente "historias" sobre el yo. Tener datos reales que demuestran este fenómeno es sumamente importante, ya que apoya la noción de una disociación neural fundamental entre dos formas distintas de autoconciencia: narrativa y modos experienciales, que están habitualmente integradas pero que pueden desacoplarse mediante el entrenamiento de la atención plena.

¿Podemos aprender a ser menos autorreflexivos?

Basándose en los resultados de cómo la práctica de la atención plena puede aumentar el contraste entre los modos de procesamiento narrativo y experiencial, la siguiente pregunta es si las personas pueden aprender a hacerlo cuando se sienten tristes y no sólo reflexionando en adjetivos autodescriptivos.

Farb y sus colegas ahora regresaron al escáner de FMRI y les preguntaron a las personas que estaban a punto de comenzar o habían completado recientemente Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR) para ver clips de película neutros y tristes mientras se escaneaban. Para todos los participantes, los clips de película triste se asociaron de nuevo con la activación de la corteza prefrontal medial (autoevaluación y análisis), así como en centros de lenguaje y regiones que dirigen el autoenfoque y la reevaluación. Los niveles más bajos de actividad también se encontraron en las áreas que transmiten información sobre conciencia momento presente y sensaciones corporales (la corteza somatosensorial y la ínsula derecha). Lo que es interesante es que cuando se examinaron los efectos del entrenamiento de atención plena, el grupo que completó el programa de 8 semanas tuvo menos probabilidades de quedar mentalmente atrapado en sentirse triste que aquellos que no habían recibido entrenamiento. Sus patrones cerebrales cambiaban: las regiones frontales que dirigían el autofoco eran menos activadas, y su activación de la conciencia sensorial de momento a momento aumentaba.

Cómo estar presente con tristeza

Si alguna vez se ha sentado en una clase MBSR o Mindfulness Based Cognitive Therapy (MBCT) sabrá que la práctica de la atención plena se utiliza para ayudarle a acceder a información sobre lo que está ocurriendo en su cuerpo cuando las emociones como la tristeza están presentes. A través de la práctica, aprendes a permitirte ver las emociones a medida que surgen, sin quedar atrapado en pensar en ellas, y crear espacio para las sensaciones corporales que acompañan las emociones. Teniendo en cuenta el impacto en el cerebro, esta práctica puede ayudar a restablecer el equilibrio entre las redes neuronales que apoyan la resolución de problemas y las representaciones corporales de las emociones, especialmente cuando se inclinan demasiado hacia el primero. De hecho, cuando nos centramos exclusivamente en la resolución de problemas autorreferenciales cuando estamos tristes, es más probable que caigamos en un ciclo de depresión.

La práctica de la atención plena nos permite hacer un cambio de atención clave: podemos acercarnos a nuestras experiencias de un modo experiencial más que a un modo narrativo. La investigación del cerebro indica que este cambio hace cambios tangibles a nuestras mentes y que el entrenamiento en mindfulness permite que este cambio ocurra incluso en presencia de pensamientos y de sentimientos tristes. 

De esta manera, la atención plena nos ayuda a crear un espacio para que la emoción y el yo coexistan, moviéndose en tándem al momento venidero con una mayor capacidad de elección y autocuidado.